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lunes, 13 de marzo de 2017

Jungle Speed como recurso didáctico

Los juegos de mesa son una herramienta fundamental a cualquier edad, ya que tanto niños como adultos disfrutamos de igual manera echando una partida con nuestros amigos y conocidos. Son divertidos, fomentan habilidades cognitivas y motrices entre otras, y nos hacen aprender de  manera natural y amena. ¿No os parece genial? A mi siempre me han gustado mucho los juegos de mesa, y en el aula aún más. ¿Nunca se os ha presentado un aburrido recreo en el aula a causa de la lluvia y con un juego de mesa se animaba la cosa? ¿O una tarde en casa en la que un juego de mesa era la solución más chula y divertida? 

Como ya hemos mencionado anteriormente los juegos de mesa son divertidos. Los niños lo notan, y les encanta jugar con sus amigos. A través de ellos aprenden de forma natural, sin ser forzados a nada, y tienen un gran número de beneficios. ¿Os apetece descubrirlos? Pues allá vamos.

Los juegos de mesa:
  • Enseñan matemáticas.
  • Enriquecen la relación familiar, aunque esto se puede extrapolar a relaciones de amistad.
  • Enseñan a leer.
  • Enseñan a ganar y perder. 
  • Aceptar y comprender las normas.
  • Trabajan la memoria.
  • Etc. 
Con estos beneficios, no me extraña que triunfen tanto y que ya en muchas aulas se les empiece a dar la importancia que verdaderamente merecen, así que hoy he decidido presentaros un juego que os va a encantar. No hay persona con la que haya jugado a este juego que no haya querido volver a jugar. Ese juego es el Jungle Speed.





¿QUÉ ES JUNGLE SPEED?


Si nunca habéis oído hablar de este juego muchos os estaréis preguntando muchas cosas en torno al mismo, y no tardaremos en descubrirlas. Este juego consiste en cartas con dibujos geométricos y de colores, junto a una serie de cartas especiales y un tótem ¡que es el más codiciado del juego! Pueden jugar entre 2 y 6 jugadores, aunque eso es ampliable si se dispone de una expansión ya que pueden llegar a jugar 16 personas.

La dinámica es la siguiente. Se reparten las cartas de manera equitativa y se coloca el tótem en el centro, procurando que este a la misma distancia de todos los participantes del juego. Cada jugador debe poner sus cartas en una pila delante de él y por turnos ir sacando una carta una a una. A partir de este momento hay que estar muy atento, ya que si una carta coincide en forma los dueños de dichas cartas coincidentes deben agarrar el tótem. Es que se quede con el totém le da toda las cartas que tenía boca arriba a su oponente.


¿POR QUÉ LO RECOMIENDO COMO RECURSO DIDÁCTICO?

Es fácil. Creo que es un juego sencillo, está recomendado para jugar a partir de siete años, no requiere de mucho esfuerzo para su preparación y rápido ya que sus partidas no suelen durar mucho más de 15 o 20 minutos, pero en lo relativo a temas de aula los beneficios que yo he encontrado son los siguientes: 

  • Aprenden a aceptar la derrota. Para mí esto es fundamental. Los niños quieren ganar SIEMPRE y en cualquier situación, pero esto no va a ser siempre así. Es bueno que conozcan la derrota, y que aprendan a gestionar las emociones cuando llega la misma. Este juego lo permite, ya que el que se equivoca o pierde el tótem debe asumir que se lleva las cartas. 
  • Importancia de la aceptación de las reglas y normas del juego. 
  • Favorece la agilidad mental y visual mediante la identificación de las diversas formas y colores.
  • Fomento de los juegos de mesa. Sí, yo soy de la generación que crecí jugando y no tanto entre dispositivos electrónicos, pero cada día más los niños y niñas pasan un gran número de horas frente a ellos. ¡Con lo divertido que puede ser jugar en grupo a un juego con tus amigos! 



¡Ojo! También quiero aclarar que tiene su lado negativo. Dependiendo del grupo, la edad, y los jugadores puede convertirse en juego muy competitivo. No me gusta fomentar mucho este aspecto, por lo que hay que tener cuidado en la forma de trabajar con él. 


ACTIVIDAD ALTERNATIVA


Con esta actividad no os voy a descubrir nada que vosotros y vosotras no podáis pensar, pero creo que puede ser súper genial si se lleva al aula. 

¡Nosotros vamos a crear nuestro propio Jungle Speed! Los niños y niñas diseñaran sus cartas. Esto se hará por grupos y no llevará mucho tiempo. En un par de sesiones podemos tener los juegos listos y preparados para jugar. El tótem puede ser el cartón del rollo de papel de cocina o bote de estos de plástico de los yogures bebidos que los niños traen al cole. Lo importante es tirar de imaginación y aprovechar aquello que pensamos que ya no tiene vida útil y darle una nueva oportunidad. Cuando todo este terminado  y las cartas estén listas podemos plastificarlas y así alargaremos su vida útil. Y tenemos un juego de mesa muy apañado para esos días de lluvia y esos ratos muertos en el aula (o en casa, que también puede ser).


Cartas Jungle Speed Originales


Cartas Jungle Speed propias


Y hasta aquí la entrada de hoy. Contadme, ¿habéis jugado alguna vez a este divertido juego? ¿Que os parece? ¿Os atreveríais a llevarlo al aula? Nos leemos muy pronto de nuevo. Muchos muchos muchos... 







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