miércoles, 6 de marzo de 2019

¿POR QUÉ NO JUGAMOS? - Feelinks. Mercurio Games.

¡HOLA A TODOS Y A TODAS! ¡FELIZ MIÉRCOLES!

                                                                                                                                                          
Hoy volvemos con la sección ¿Por qué no jugamos?. La verdad es que nosotros disfrutamos mucho jugando con los peques, pero también en familia. Al final terminamos empringando a nuestros primillos, hermanos, padres, y si se tercia lo mismo juega hasta la abuela. Y es que seamos sinceros, los juegos de mesa nos dan la oportunidad de pasar un rato agradable ya sea en el aula o en casa. 

Hoy os traemos un nuevo juego que creemos que puede ser muy interesante. Ya sabéis que el tema emociones nos llama bastante la atención, pero que somos muy exigentes, y hace unas semanas llegó a nuestras manos este juego. ¿Queréis conocerlo Pues seguid leyendo. 




Feelinks

Jugando con Feelinks nos adentraremos en el maravilloso mundo de las emociones. Tras proponer una situación cada jugador debe elegir la emoción que sienta que más se asemeja o con la que más se identifica. Además, deberán adivinar las emociones de sus compañeros para poder ganar la partida. Suena divertido, ¿verdad? Pues en efecto lo es. 

Vamos por partes. La estética del juego nos fascina. Es totalmente diferente a los juegos que hemos visto hasta ahora, pero es verdaderamente atractivo y llamativo. Eso es un punto a su favor, porque a pesar de que lo importante es el juego en sí, si además te gana a través de la vista es genial. 

Feelinks ha sido diseñado por Vincent Bidault y Jean-Louis Roubira. Creado para jugar a partir de 8 años y de 3 a 8 jugadores. En su bonita caja encontraréis un material maravilloso que a pesar de parece complicado por el gran número elementos que encontramos es muy sencillo y con una dinámica fácil de entender por los peques. 


  • Editorial: Mercurio Games
  • Autores: Vincent Bidault y Jean-Louis Roubira
  • Ilustrador: Franck Chalard
  • Cantidad de jugadores: 3 a 8 jugadores. 
  • Duración aproximada: 30 minutos
  • Edad recomendada: 7-8 años


 ¿QUÉ CONTIENE EL JUEGO? 


  • Instrucciones
  • 120 cartas de situación divididas en 3 temas (en familia, entre amigos, en clase)
  • 24 cartas de emociones
  • 1 marcador de emociones
  • 8 fichas de jugador
  • 72 cartas de voto
  • 9 cartas de compañero

DINÁMICA DEL JUEGO

El juego comienza con la preparación, colocando el marcador de emociones sobre la mesa. Cada jugador deberá elegir un color y coger una ficha de jugador que colocará en la casilla central del marcador de las emociones y 8 cartas de voto. Se cogen las cartas de compañero según el número de jugadores. Y ahora llega el momento interesante: debemos elegir un montón de cartas de situación. Podemos optar por en familia, entre amigos o en clase. Se barajan las cartas y se dejan al lado del tablero de juego. Se separan las 25 cartas de emociones según los símbolos que traen . Asimismo, debemos elegir al primer maestro de las emociones. 





Y ahora sí, llega la hora del juego. Cada turno un jugador será el MAESTRO DE LAS EMOCIONES. Será el encargado de leer las 8 emociones en voz alta y debe asegurarse que todos sus compañeros las conocen. Seguidamente, cogerá una carta de situación y la leerá también en voz alta. Cada jugador, incluido el maestro de las emociones, cogerá una de sus cartas de voto y elegir cual de las emociones se asemeja más a la suya. Deberá dejarla boca abajo. A continuación el maestro de las emociones baraja las cartas de compañeros y las reparte boca abajo. Cuando todos tengan su carta darán la vuelta para ver quienes son sus compañeros/as. En esta fase, cada jugador/a deberá intentar adivinar la emoción elegida por su compañero/a. Una vez que los jugadores han elegido, los jugadores van revelando que carta habían elegido y el porqué. Después revelaremos las cartas elegidas por las compañeros y se otorgarán los puntos. Ahí habremos llegado al final de la ronda y se elegirá a un nuevo maestro de las emociones. 

Ganará el jugador que consiga más puntos al final de la partida. 


¿Cuántas rondas se juegan? No lo habéis comentado. 

No existe un número exacto, pero sí que debe jugarse al menos una ronda por cada jugador. ¿Por qué? Pues porque todos los niños y niñas deben poder ser el maestro de las emociones. De este modo si son 8 jugadores podemos jugar unas una ronda por jugador y si son 3 o 4 lo recomendable es jugar mínimo dos rondas por jugador. En total, unas ocho rondas puede ser un buen número. Tampoco es cuestión de que la partida se haga excesivamente larga. Lo importante es que disfruten. 




¿Qué aporta el juego?

Pues la verdad que aporta un sinfín de beneficios que a nosotros nos han cautivado. Entre ellos destacamos: 
  • Identificación de emociones. Los niños y niñas pueden poner nombre a aquello que sienten, hablar de situaciones que se dan, explicar el porqué. 
  • Conocernos a nosotros mismos, pero también a los demás. Reflexionar sobre aquello que sentimos nos hacer conocernos cada vez un poquito más. Además, al tener que conocer las opiniones de los compañeros deberán empatizar con los demás, pensar en el motivo de su elección. 
  • Reconocer la importancia de la empatía
  • Trabajamos la expresión oral. Deberán explicar lo que sienten, analizando la situación y exponiéndola. 
  • Importancia de la escucha a los compañeros


Nuestra opinión: 

Es muy positiva. Creemos que es un juego que tiene múltiples posibilidades. Eso sí, tenemos algunos aspectos que queremos destacar.
  1.  Los montones de situaciones pueden ser más o menos complejos. Por ejemplo, en familia y en clase se pueden jugar a partir de 8 años. Hay algunas situaciones más complejas, pero como docentes o padre/madre podemos adaptar aquellas situaciones que no se adapten a nuestros niños y niñas. Sin embargo, entre amigos está pensado para niños y niñas a partir de 12 años. Es más compleja.  
  2. Podemos seleccionar aquellas emociones adecuadas para la edad. Quizás los mayores si que las tengan más interiorizadas, pero los pequeños pueden ir conociéndolas poco a poco, y puede ser quizás una buena manera de introducirlas. 
  3. Quizás podemos comenzar con una dinámica. Nosotros nombrábamos las emociones y poníamos ejemplos. De este modo nos asegurábamos que entendiéramos la emoción correctamente. 
El juego en general está bastante bien. Eso sí, con los más pequeños cuesta un pelín más, sobre todo las primeras partidas. Una ve le pillan el truco va todo rodado. También hay más situaciones que les resultan complicadas y las adaptaciones son algo mayores. Sin embargo, con niños de 11-12 años todo parece más sencillo. Realmente pillan muy bien la dinámica y les encanta debatir sobre las emociones y las distintas situaciones. 



Eso sí, aprenderán sobre emociones. ¡Y también a empatizar! Realmente es una herramienta para el diálogo, el debate, la interacción entre ellos, la reflexión, etc. y eso se nota. Los niños y niñas comienzan a interiorizar las emociones y a sentirse cómodos con la dinámica. También usarán esas emociones en su vida cotidiana. Al final ese es el objetivo, que aquello que aprenden a través del juego lo lleven a su vida cotidiana. 


Nosotros hemos disfrutado mucho. Llevamos un mes probándolo y aunque las primeras partidas fueron complicadas, a medida que han ido pasando las semanas toda ha ido a mejor. Es por eso que aunque teníamos muchas ganas de contaros sobre esta joyita nos hemos tenido que contener y daros nuestra más sincera opinión después de mucho probarlo. 

Creemos que aporta algo fresco al grupo con el que se trabaja. Los niños y niñas debaten, dialogan, y se escuchan entre ellos. Les ayuda a conocerse, quitarse esa vergüenza a contar o sentir algo ya que descubren que los compañeros/as están para escucharlos y ayudarlos en lo que puedan. Una de las cosas que más nos ha gustado es que favorece bastante la interacción y el diálogo. Además, les ayuda a trabajar la regulación emocional. Hemos notado un avance muy interesante y nos ha ocasionado debates muy interesantes más allá de la propia dinámica del juego. ¡Y eso es fantástico! 

Es un juego para niños, pero también para adolescentes. A veces a estos les cuesta más expresar lo que sienten que a los más pequeños. Es un buen juego para dinámicas en las que deban confiar y empatizar con el compañero. Nosotros sin ninguna duda lo recomendamos mucho. También lleva al conflicto en ocasiones y a posiciones enfrentadas que terminan haciéndoles ver que frente a lo que se piensa el conflicto es necesario y que desde el respeto y el diálogo podemos entender las posturas de los demás. Vamos, que el juego es todo un acierto y abarca rangos de edad muy amplios, por lo que en las clases de primaria puede ser todo un acierto. 

Y hasta aquí la reseña de hoy. Esperamos que os haya gustado mucho y nos despedimos hasta dentro de muy poquito, pero no sin antes mandaros muchos, muchos, muchos...